Este post va sin fotos, pues la verdad es que no quisiera seguir lloviendo sobre mojado, pero escribo por el hecho de que me he sentido un poco aludido con las opiniones de muchos otros que han vanalizado el hecho inmerso en la discusión del vestido y sus colores, lo último que leí fue un artículo publicado por una colega, en donde se extiende en palabras para decir que lo del vestido es la más grande estupidez de internet.
Aqui aplica algo como que diría la abuela de la famosa grabación de los mangos, pues «No son los mangos, es la cerca», no se trata del vestido, ni siquiera se trata de los colores en si, se trata de nuestros cerebros y la manera como percibimos nuestros alrededores, es ciencia aplicada y como yo lo veo, es una manera de aprender más sobre nosotros; algo más interesante para mi que discutir sobre si Maduro es un ignorante o no, o si soy pro-Rusia o pro-Ucrania
El vestido pudo haber sido un carro, un cuadro, un animal, o lo que sea, lo unico que debía hacerse es aplicarle un filtro de luz de tal manera que fuese percibido de maneras diametralmente diferentes por las personas, pues si la diferencia no hubiese sido tan marcada, seguramente no le habríamos dado mayor importancia,pensaríamos que es uno de estos colores que es dificil de definir, que la persona tiene una valoración diferente de la ecala de colores y ya.
El hecho, el cual seguramente muchos de los que «estupidizan» este hecho desconocen, es que, como mencionaba en el anterior articulo, una porción de los seres humanos tienen la capacidad de filtrar la luz que incide sobre ciertos objetos con determinados colores, y logran ver estos colores, mientras que la otra porción no puede filtrar esta luz, de manera que termina viendo el color de la luz reflejada por el objeto.
Este hecho me parece muy interesante y ha causado reacciones que me parecen igual de interesantes, y es que es muy facil juzgar sin conocer, es muy común llenarnos de la soberbia suficiente como para desprestigiar y no intentar conocer y aprender. La realidad no es algo unico, si no una cuestión de percepciones, y de ello no escapan ni siquiera las cosas tangibles como el color, y ni siquiera quiero entrar en el campo de las preferencias, con lo cual ya obtendremos infinitos mundos de posibilidades.
La «mayor estupidez en internet» resultó ser un hecho interesante que nada tiene que ver con un artista que se cae o algún video de gatitos o algo por el estilo, un hecho que además ha creado un fenómeno de viralidad natural que pone en evidencia una vez más la potencia de esta herramienta, el poder de la información no controlada por medios tradicionales.
La mayor estupidez en internet es no estar en ella y no aprovecharla, pero peor y que constituye la mayor estupidez en la vida, es negarse al conocimiento por creeer saberlo todo.
Con el riesgo de haberme equivocado y con la humildad de corregirlo si tuviese que hacerlo, me despido por ahora. Saludos.
