Uno de los estudios más recientes de NielsenIQ (NIQ) revela un dato contundente de cara al cliente: el 56% de los latinos utilizaría herramientas impulsadas por Inteligencia Artificial (IA) para sus compras del hogar. Esta preferencia por las recomendaciones basadas en IA es cinco puntos porcentuales superior al promedio global, que se sitúa en un 51%.
Los números de NIQ demuestran, además, que estas herramientas potencian la personalización. De hecho, el 74% de los latinos acepta sugerencias de compra de la IA basadas en su historial, frente al 66% del promedio global.
Mayor visibilidad
Las marcas que aceleren su estrategia de visibilidad en entornos de IA estarán mejor posicionadas para impulsar su crecimiento. Así lo indica Kantar en su proyección sobre las tendencias del marketing para 2026.
La consultora líder en datos e insights destaca que «el 24% de los usuarios de IA ya usan un asistente de compra». En este sentido, Kantar pronostica que en 2026 veremos el surgimiento de los agentes de IA a gran escala: «Como consumidores, daremos instrucciones a nuestros propios agentes expresando nuestra intención de compra, y estos se volverán más autónomos».
Un ejemplo de este cambio es el anuncio de OpenAI sobre la incorporación de agentes en su nuevo navegador. Con casi un cuarto de los usuarios utilizando ya asistentes integrados, la ayuda artificial en las compras deja de ser una excepción para convertirse en norma.
El factor humano: clave para aprender
Juan Francisco Retali, consultor, conferencista internacional y autor del libro Tiendas que Enamoran, valora positivamente el arribo de la IA al retail, aunque advierte sobre la importancia del rol humano en la ecuación.
«La inteligencia artificial será de gran ayuda siempre que conserve el factor humano. La IA puede identificar emociones, pero lo que no puede hacer es emocionarse», señala Retali. «No estoy en contra; al contrario, es imparable y hay que aprender a utilizarla. Pero el mundo no es lineal: si hoy todos usamos IA para atender, paradójicamente, quien ofrezca un trato humano y personalizado es quien se diferenciará y tendrá más valor».
¿En qué nos ayuda la IA? El experto responde: «A obtener más datos, a entender mejor al cliente y a acelerar procesos que antes llevaban horas. Hoy existen herramientas que reconocen si un cliente está enojado o feliz, brindando información valiosa sobre su actitud de compra».
Sin embargo, la gran pregunta es qué hacemos con esa información. «El desafío —opina Retali—, especialmente para los pequeños empresarios, no es solo tener el dato, sino saber usarlo. ¿Vamos a usar la IA para generar mejores vínculos con los clientes o solamente para intentar vender más sin resultados?».
