Por: Walter Conrotto
El consumo de alimentos viene de dos direcciones, una de ellas es la compra principal o programada, que parte de una planificación para el abastecimiento de un periodo prolongado dentro del hogar, por lo general, semanal, quincenal o mensual, que, muchas veces, coincide con el cobro de las personas que dependen de un salario fijo. No es casualidad que los días de más ventas de los supermercados en Venezuela correspondan a las quincenas.
Por otro lado, está la compra de reposición o de conveniencia, que, como su nombre lo indica, sirve para reemplazar un producto específico que se terminó o está por acabarse.
Al ser ocasiones de compra diferentes, cada una tiene su particularidad. En la primera, los atributos más buscados son el precio —pues el desembolso de dinero es mayor—, la variedad y la frescura. Con estas expectativas, el consumo va dirigido a tiendas más grandes, usualmente supermercados.
Por su parte, en la compra de reposición el esfuerzo debe ser menor porque el desembolso de dinero es más bajo. En este caso, los atributos más buscados son practicidad, flexibilidad, facilidad de compra y conveniencia. Estas características definen el formato de la tienda, que puede ser más pequeño, con horario flexible, facilidad para estacionar y un surtido mucho más limitado.

Las tiendas de conveniencia representan una gran oportunidad de inversión en Venezuela. Es una necesidad que el retail puede aprovechar.
De hecho, esta última ocasión de compra tiene un tipo de tienda por excelencia, que son las llamadas convinience store o tiendas de conveniencia, con cadenas importantísimas mundialmente, como 7 Eleven, Oxxo, Circulo K, Speedway, entre otras.
En Venezuela, inicialmente, esta oportunidad de conveniencia era cubierta por las panaderías que ofrecían un surtido limitado, facilidad para estacionar y horario extendido. Sin embargo, poco a poco, fueron perdiendo terreno frente a las cadenas de farmacias que incorporaron en su oferta de productos: alimentos, impulsivos, hogar, bebidas y más; así como los supermercados que comenzaron a ofrecer horarios extendidos. Se desarrolló muy poco el canal de conveniencia y la razón principal son las barreras de entrada en nuestro país para las inversiones foráneas.
Las ventajas de este formato son su facilidad, la baja inversión de apertura, la rapidez de expansión, el bajo costo de operatividad y la versatilidad para establecerse en cualquier sitio. Entre sus desventajas, cuentan el bajo nivel de facturación por tienda, en comparación con un supermercado y la frecuencia logística para mantener el abastecimiento.
Sus barreras de entrada son los otros canales que actualmente cubren esta necesidad, como las cadenas de farmacias y los supermercados express, aunque de manera limitada. Sin embargo, la oportunidad es cada vez mayor, pues gran parte de la población depende de actividades informales o complementarias con remuneraciones más pequeñas, pero también más frecuentes, que abren paso a la compra por conveniencia.
En mi opinión, el desarrollo de una cadena de tiendas de conveniencia es una gran oportunidad en Venezuela porque cubriría una necesidad en el consumidor, que no es satisfecha en la totalidad por los canales existentes. Un ejemplo de la dimensión de este mercado es el desarrollo que ha tenido este canal en Colombia.
